lunes, 28 de abril de 2008

NAUFRAGO


NAUFRAGO

NAUFRAGO reúne a los ganadores del Oscar Tom Hanks y Robert Zemeckis en una película que explora las bendiciones y las crueldades del destino y la supervivencia del espíritu humano. Hanks interpre­ta el papel de Chuck Noland, un ingeniero de sistemas de Fed Ex que lleva su vida personal y profesional como un reloj. Las exigencias de su trabajo le llevan a emprender viajes, a menudo sin previo aviso, a luga­res lejanos. Ello le obliga a separarse de su novia Kelly, interpretada por Helen Hunt.

La frenética existencia de Chuck se detiene bruscamente cuando se estrella el avión en el que viajaba y se convierte en un náufrago en una isla remota, aislado del mundo en el entorno más desolado que quepa imaginar. Despojado de las comodidades de la vida cotidiana, debe atender en primer lugar a sus necesidades básicas de supervivencia: su prioridad es buscar agua, comida y un techo. Este consumado resolvedor profe­sional de problemas ha de aprender a solucionar el problema prioritario de su supervivencia física. Pero ¿y después, qué? Chuck se enfrenta entonces a la agonía emocional de la soledad.

Después de cuatro años, Chuck regresa a la civilización. Es un hombre profundamente cambiado. Se da cuenta de que haber perdido todo lo que tenía, todo lo que le parecía importante, es lo mejor que le podía haber pasado.

Hanks fue el responsable de la idea original de NAUFRAGO. Hace unos seis anos comenzó a des­arrollar el proyecto con el guionista William Broyles Jr., mientras trabajaban juntos en la película Apollo 13. Dice Broyles: "A Tom le gustaba mucho la idea de contar la historia de un hombre moderno que se queda ais­lado en una isla". Hanks y Broyles decidieron que el personaje del primero debía trabajar para la empresa Fed Ex: "Así, su trabajo consistiría en conectar a gente de todo el mundo y su vida se regiría por el tiempo. Lo que nos parecía interesante era coger a este hombre, tan conectado con todo, y ver qué pasaría si se le desco­nectaba", dice Broyles.

Esto les hizo plantearse otras preguntas: ¿Qué le ocurre en la isla?, ¿Cómo sobrevive?. Para averiguar­lo, Broyles decidió adquirir experiencia de primera mano. Dos expertos en tecnología primitiva le llevaron a una isla del mar de Cortez, en donde el guionista se quedó, al igual que su personaje, aislado del mundo que conocía: "Lo primero que pensé fue, Dios mío, ahora tengo que sobrevivir Tuve que aprender a conseguir agua, a convertir una piedra en un cuchillo, a procurarme comida. Algunas de las cosas que experimenté sir­vieron de base para escribir la historia de Chuck. NAUFRAGO habla en realidad de encontrarse a uno mismo, ya sea física o emocionalmente: cómo desprenderse de todas las cosas que oscurecen lo que somos realmen­te y cómo volver a descubrir las cosas realmente importantes de la vida".

Contar una historia de aventuras enriquecida por el trayecto personal de su protagonista fue un desafío interesante para el director Robert Zemeckis, que ya había contado con Tom Hanks para ofrecer al mundo la increíble trayectoria vital de Forrest Gump. Dice Zemeckis: "Para mí, NAUFRAGO expresa la idea de que por muchos obstáculos que uno encuentre en el camino, siempre hallará la forma de aceptarlos. La historia trata menos

de la supervivencia de un ser humano que de la supervivencia del espíritu humano, e ilustra la proposición de que sobrevivir es fácil, lo que es difícil es vivir la vida".

Tom Hanks comenta: "NAUFRAGO cuenta una gran aventura pero al mismo tiempo propone que debemos reconocer, a la manera simple del Zen, cuáles son las cosas realmente importantes de la vida. La relación de Chuck con su novia Kelly, por ejemplo, es muy importante para ambos aunque pasen largos perí­odos de tiempo separados por culpa del trabajo del primero. No forman una pareja ni joven ni ingenua: su relación no se basa en flores y romance. Pero dan gracias por haberse encontrado el uno al otro. Se sienten cómodos juntos y se aceptan completamente. Tienen tanta confianza en su relación que pueden mantenerla pese a las numerosas distracciones que sufren por culpa del trabajo de Chuck".

Helen Hunt recuerda con humor la forma casual que tuvo de incorporarse a la película. Se reunió con el director para discutir otro posible proyecto conjunto y al final de la conversación Zemeckis mencionó que iba a rodar con Tom Hanks en una isla. "Entonces le dije que yo quería hacer esa película. Poco después Bob me llamó y me dijo que sí, que iba a contar conmigo. Me quedé encantada. Creo que se trata de un proyecto único y atrevido".

A Zemeckís le agradó que Hunt aceptara su oferta. El personaje de Kelly no aparece en muchas esce­nas, por eso era importante contar con una actriz excelente capaz de producir un impacto perdurable en la pan­talla... y en el recuerdo de Chuck, que encuentra una pequeña foto de su novia que le ayuda a mantener la esperanza durante su terrible estancia en la isla. Como dice Zemeckis, "La presencia de Helen se hace notar a lo largo de toda la película pues su recuerdo es casi lo único que mantiene a Chuck con vida".

Otro elemento que juega un papel importante en la supervivencia de Chuck en la isla es su insólita amistad con "Wilson", una pelota de volleybol que la marea trae a la costa dentro de un paquete de Fed Ex, procedente del mismo avión en el que viajaba el protagonista. Comenta Zemeckis: "En un principio utiliza­mos a Wilson como un recurso para permitir que el espectador conozca los pensamientos de Chuck. Pero luego se convierte en algo más: como consecuencia de su depresión mental y su soledad, Chuck comienza a "relacionarse" con la pelota".

Tom Hanks añade: "Una vez que hemos mostrado que Chuck es capaz de proveerse de los cuatro ele­mentos básicos de la supervivencia humana -comida, agua, fuego y un refugio-, es el momento de hablar del quinto elemento: la compañía. Wilson es una creación accidental de Chuck que aparece cuando más lo nece­sita. Y como todas las buenas amistades, surge de forma natural".

Además del que trae a Wilson, Chuck rescata otros paquetes de su compañía Fed Ex, y encuentra ori­ginales usos para lo que contienen. Pero hay un paquete que decide no abrir: uno que viene adornado con unas alas de ángel que se convierten en un símbolo de esperanza para él, algo mucho más útil que su eventual con­tenido. Es un símbolo al que se aferra hasta su regreso a la civilización.

Wilson y las alas de ángel señalan una de las principales cuestiones que trata la película: una vez que uno ha aprendido a sobrevivir físicamente, ¿cómo se hace para sobrevivir emocional, psicológica y espiri­tualmente? Broyles buscó la respuesta a estas preguntas consultando diarios e informes de naúfragos que aca­baron sucumbiendo tras sobrevivir a un desastre: "Lo que les ocurrió es que llegaron a un punto en el que per­dieron la esperanza por completo, un punto a partir del cual simplemente no podían continuar".

Tras pasar cuatro años en la isla, Chuck se encuentra en unas circunstancias muy similares. Dice Hanks: "Una vez que ha aprendido a mantenerse con vida, su principal batalla ya no es contra los elementos sino con­tra la desesperación. Se trata de una forma de soledad muy diferente a la de encontrarse en casa un sábado por la noche sin nada que hacer. Chuck no puede recurrir a ninguna de las distracciones que utilizamos para llenar nuestras vidas. Ahí es donde comienza a desmoronarse".

Las escenas que detallan la lucha de Chuck por la supervivencia, primero física y luego emocional, tie­nen muy poco diálogo y ninguna música. Comenta Hanks: "Esas escenas son las más dinámicas de la pelí­cula, porque cada segundo está ocurriendo algo importante. Estamos demasiado acostumbrados a voces en off que nos lo explican todo, o a personajes que comentan sus aventuras con humor. Pero Chuck no dice nada a menos que exista una razón para ello. Cada acto que realiza tiene un propósito determinado. Era esencial que no hubiera música y mantener el uso del diálogo al mínimo".

Chuck consigue finalmente escapar de la isla y regresar a la civilización, muy cambiado. Pero Zemeckis y Hanks no querían un final convencional que resolviera nítidamente los conflictos que plantea la película para el personaje, o para el espectador. Dice Hanks: "Chuck considera que no estaba destinado a sobrevivir. Cuando regresa a la sociedad no tiene esa reacción típica de un Rip Van Winkle. No pregunta, ¿Eh, qué me he perdido?, sino que más bien dice, todo es una porquería. Las cosas que eran importantes para él ya ni siquiera existen. Ha cruzado una barrera. Encuentra la auto-realización pero no siente pena de sí mismo. También se da cuenta de que el mundo ha cambiado tanto que ya no hay un lugar para él. Ha vivido en el vacío y ahora todo ha cambiado de textura y de color y tiene un sentido diferente para él.

Chuck acaba dándose cuenta de que haber estado a punto de morir en un accidente aéreo y haberse pasado cuatro años en la isla es lo que mejor que le ha ocurrido nunca. Si no hubiera vivido esa experiencia, si no lo hubiera perdido todo, no habría llegado a entender nunca qué cosas son realmente importantes en la vida"

El rodaje de NAUFRAGO fue una experiencia realmente exhaustiva para el equipo técnico y artístico de la película: tuvo lugar a lo largo de un periodo de 16 meses, y se desarrolló en dos partes separadas por una interrupción de un año. Zemeckis se inquietó un poco por las exigencias del rodaje pero luego supo apre­ciar también sus ventajas: "Acabó resultando una experiencia liberadora. Por primera vez en toda mi carrera, he tenido la oportunidad de repasar el trabajo que ya había hecho con una mirada nueva y objetiva. Eso es algo que nunca se puede hacer cuando se rueda una película".

En ese período de pausa, Zemeckis y gran parte de su equipo rodaron el thriller psicológico "Lo que la verdad esconde", protagonizado por Michelle Pfeiffer y Harrison Ford. Mientras tanto, Tom Hanks se some­tía a una lenta transformación física. Actor y director habían convenido que la forma más realista de expresar el paso del tiempo en la historia, y en el personaje de Chuck, era detener el rodaje durante un año. Ese perí­odo de tiempo le permitiría a Hanks acometer una transformación que mostrara visualmente

los estragos físi­cos sufridos por Chuck. Comenta Zemeckis: "Lo que hizo Tom fue extraordinario, más allá de los obvios cambios físicos hay otros más sutiles. Cuando volvimos a reunirnos para rodar la segunda mitad de la pelí­cula, había desaparecido el brillo vital de sus ojos. Eso fue idea de Tom y expresa magistralmente la situación de su personaje. Verle así fue maravilloso...y un poco inquietante".

El rodaje de NAUFRAGO comenzó en enero de 1999. Zemeckis se rodeó de colaboradores habituales, como el director artístico Rick Carter, el director de fotografía Don Burgess, la productora ejecutiva Joan Bradshaw y los productores Steve Starkey y Jack Rapke. A diferencia de los rodajes habituales, éste se des­arrolló según el orden cronológico de la historia. Dice Tom Hanks: "Tomamos esa decisión por simple senti­do común, algo que no se suele utilizar en los rodajes de cine. Rodar la historia en orden sirvió para dar una perspectiva realista al trabajo de todo el equipo".

La primera localización internacional del rodaje fue Moscú, que sirve de fondo a la presentación del personaje de Chuck Noland. Dice el director de fotografía Don Burgess: "Para el primer acto de la historia el principal criterio que seguimos fue éste: energía, mucha energía. En Moscú la cámara se mueve sin cesar y su movimiento refleja el ritmo de la vida de Chuck".

Tras una semana de rodaje en Moscú, el equipo regresó a Los Angeles para rodar en un estudio de Sony Pictures y en la oficina de Fed Ex en dicha ciudad. En febrero de 1999 se realizó el primer viaje a Fidji. La búsqueda de la isla perfecta para la película había comenzado en junio de 1998 y les llevó a recorrer casi todos los archipiélagos del Sur del Pacífico, hasta que encontraron la isla deshabitada de Monu-riki en el archipié­lago Mamanuca-I-Ra, al noroeste de las islas Fidji: esa isla volcánica, propiedad de un Masengali, y de una extensión de unos 99 acres (se puede dar la vuelta completa, cuando hay marea baja, en dos horas y media) fue la que se acabó convirtiendo en la "isla de Chuck", el "paraíso tropical" en el que vive prisionero duran­te cuatro años. Los cineastas la eligieron por el dramático pico que sobresale de la misma, por sus prístinas playas y sus cocoteros.

El equipo de la película debió concertar un "sabu-sabu", o cita formal, con los dueños de la isla para obtener permiso para rodar en la misma. El contrato incluyó una cláusula ecológica para respetar el entorno de la isla; era la primera vez que se incluía una cláusula así en un alquiler de terreno en las Fidji. Por cada árbol que se arrancase, el equipo se comprometía a plantar otros tres, por ejemplo.

Comenta Zemeckis: "Toda la energía de la primera parte de la película se detiene bruscamente cuando Chuck llega a la isla. Queríamos darle a su experiencia allí el tono más estático posible". Chuck se salva de un accidente y aparece en un paraíso; parece un golpe de fortuna pero pronto se hace evidente que su situa­ción es desesperada. Para subrayarlo, Zemeckis insistió en usar una iluminación que quitase todo posible gla­mour al escenario y subrayara la crudeza de su situación.

En abril de 2000, un año después de haber rodado la primera parte en Monu-riki, el equipo regresó a la isla para rodar allí durante una semana más. Luego se desplazaron a las islas de Namotu y Tavarua, paraíso de los surfistas, que sirvieron de campamento base de la producción. Allí se rodó también el intento de fuga de Chuck a través de un peligroso arrecife cuyas rocas son los "barrotes" que le aprisionan. El rodaje se rea­lizó colocando las cámaras y demás aparatos técnicos en una decena de balsas flotantes para capturar de cerca los esfuerzos de Chuck por enfrentarse a las olas con su propia balsa improvisada. El doble de Hanks, Jon Roseman, se enfrentó a las olas más peligrosas; las escenas fueron rodadas por el productor y director de la segunda unidad Steve Starkey, que no se cansa de alabar el coraje de Roseman para hacer que la fuga de Chuck pareciera realista y dramática. Acabado el rodaje en escenarios reales, se rodaron efectos especiales para amplificar la secuencia de la fuga en los estudios Sony de Los Angeles, bajo los auspicios del supervi­sor de efectos visuales Ken Ralston, de Sony Image Works. Ralston también hizo una aportación importante a la otra gran escena de acción del film, la que describe el accidente aéreo.

Para el regreso de Chuck a la civilización, el equipo rodó una "escena de bienvenida" en el edificio de Fed Ex Superhub, en Memphis, Tennessee, que involucró a unos 1.200 empleados de la empresa. El director de Fed Ex, Fred Smith, había servido en Vietnam en el Marine Corps, al igual que el guionista William Broyles Jr, aunque no llegaron a conocerse personalmente hasta unos años después de acabada la guerra. Smith aceptó sin dudarlo cuando Broyles le pidió permiso para utilizar las de su empresa para "una película de tema muy interesante".

El rodaje de NAUFRAGO concluyó en mayo del 2000 en la pequeña población tejana de Canadian, 18 meses después de haber comenzado en Moscú. Sus principales responsables resumen así la experiencia. "La película es la historia de una gran aventura pero habla también de fe, esperanza y redención", dice el guio­nista Broyles.

Zemeckis añade: "Espero que el público comparta el trayecto vital de Chuck así como la celebración del inquebrantable carácter del espíritu humano. La película sugiere que hay muchos misterios que debemos explorar".

Tom Hanks concluye: "La gente me pregunta qué es lo que quiero que el espectador saque de la pelí­cula. Y yo les digo que espero que se planteen la siguiente pregunta, ¿Qué pasaría si eso me ocurriera a mí?, ¿Qué pensaría y qué haría yo si me encontrara en una encrucijada en la vida y pudiera tirar por cualquier dirección? Si se preguntan eso, quiere decir que se han involucrado emocionalmente con los personajes de la película".





No hay comentarios: